Los esteroides anabólicos androgénicos tienen dos efectos diferentes, pero superpuestos. En primer lugar, son anabólicos, es decir, facilitan el anabolismo (el crecimiento de las células). Ejemplos de los efectos anabólicos de estas hormonas incluyen aumento de la síntesis de proteínas a partir de aminoácidos, aumento del apetito, aumento del recambio y crecimiento óseo y estimulación de la médula ósea, lo que aumenta la producción de glóbulos rojos.
En segundo lugar, son esteroides androgénicos o virilizantes, es decir, influyen en particular en el desarrollo y mantenimiento de las características masculinas.
Las funciones bioquímicas de los andrógenos como la testosterona son numerosas. A través de una combinación de estos efectos, los esteroides anabólicos estimulan la formación muscular y, por lo tanto, provocan un aumento en el tamaño de la fibra muscular, lo que lleva a un aumento de la masa y la fuerza muscular.
Este aumento de la masa muscular se debe con mayor frecuencia al crecimiento del músculo esquelético debido tanto al aumento de la producción de proteínas musculares como a la disminución de la tasa de renovación de estas proteínas.
Una dosis alta de testosterona también disminuye la cantidad de grasa en los músculos, al tiempo que aumenta su contenido de proteínas. Los esteroides anabólicos también reducen la grasa.
Los esteroides anabólicos han sido utilizados por hombres y mujeres en muchos tipos diferentes de deportes profesionales (cricket, atletismo, levantamiento de pesas, culturismo, levantamiento de pesas, ciclismo, béisbol, lucha libre, artes marciales, boxeo, fútbol...) para obtener una ventaja competitiva o ayudar. en la recuperación de lesiones.
